Habia una vez un gitano que vendió un caballo el cual anunciaba como de pura raza, que no solo ganaba todas las carreras en las que participaba, sino que en sus ratos libres, limpiaba, cocinaba, hacia la compra e incluso zurcia calcetines y en invierno tejia bufandas de punto de lana.
Pasado un tiempo se volvieron a encontrar el gitano y el comprador y este le reprochó al gitano de que el caballo no solo no hacía nada de lo anunciado, sino que el veterinario le había dicho, que de pura raza ni mijita, un jamelgo de mala muerte y gracias y que lo habia puesto en venta.
A lo que el gitano le contesto:
- Tú sigue hablando así del caballo, que lo vas a vender por los cojones.
Moraleja: Hay mucho gitano suelto y la Mitsu no es una excepción, los coces estan acusando el problema, pero el qye manda, manda.
Pasado un tiempo se volvieron a encontrar el gitano y el comprador y este le reprochó al gitano de que el caballo no solo no hacía nada de lo anunciado, sino que el veterinario le había dicho, que de pura raza ni mijita, un jamelgo de mala muerte y gracias y que lo habia puesto en venta.
A lo que el gitano le contesto:
- Tú sigue hablando así del caballo, que lo vas a vender por los cojones.
Moraleja: Hay mucho gitano suelto y la Mitsu no es una excepción, los coces estan acusando el problema, pero el qye manda, manda.