El brico del cenicero monedero es un poco complicado.
Como le di a mi suegro el HRV que tenía, me dio reparo quedarme el cenicero que llevaba y que tuve que solicitar como extra cuando adquirí, años ha, el vehículo. Se trata de un mañoso bote de un material muy agradable al tacto, tapa de fácil apertura, color a juego con el salpicadero y proporciones que encajan en cualquiera de los compartimentos para latas de resfrescos, pero al que yo di un uso menos pernicioso para la salud: meter la monedas, imprescindibles si aparcas en la capital del reino.
Me fui a NORAUTO y vi varios modelos de ceniceros para automóviles, cada uno más bizarro que el anterior. Por no ser demasiado crítico con eso objetos fruto de los esfuerzos y desvelos de brillantes ingenieros, sólo diré que algunas noches se me aparece en mis pesadillas el que llevaba luces LED y puertos USB. El caso es que entre tanta maravilla tecnológica había un humilde botecillo similar al que tenía en el coche anterior, pero de plástico duro y aspecto pobre pero ostentoso, negro con una pegatina gris imitando algún tipo de sofisticada pieza mecánica de algún deportivo.
Como no había ninguno abierto, no pude examinar su interior, así que me sorprendí al abrirlo y ver que - como en el fondo era un cenicero - tenía una extraña pieza para apoyar los cigarrillos. Al manipularlo para ver si esa pieza era extraíble, la providencia hico que el objeto de mi examen resbalara de entre mis dedos y se precipitara al duro suelo del aparcamiento en el que me hallaba. El inevitable y previsible impacto hizo que el bote se dividiera en tres partes que salieron despedidas en sendas direcciones: por un lado la tapa, por otro el cuerpo y por otro la pieza sujeta-cigarrillos, que ante su manifiesta inutilidad, tuvo a bien hacerlo en una dirección desconocida y con un destino final oculto a mis ojos (tampoco me molesté mucho en buscarla, todo hay que decirlo).
Desde entonces el bote ocupa un lugar cercano al puesto de conductor, al ser de duro plástico, a veces las monedas repiquetean y la tapa encaja pobremente y muchas veces se suelta del cuerpo al intentar coger el bote. No obstante, cumple su función.
Resumiendo los pasos del brico:
1.- Ir a NORAUTO
2.- No cegarse con la oferta de ceniceros y comprar el más humilde
3.- Dejarlo caer desde un metro de altura sobre una superficie lisa y dura
4.- Desechar las partes que no interesan
5.- Volver a montar el resto
6.- Alojarlo donde se quiera y rellenarlo con el pecunio que se considere adecuado
Fin